Empieza otra maravillosa aventura de la que estoy segura voy a disfrutar mucho. Se abre una nueva ventana que seguro me va a traer muchas satisfacciones. Y es que yo empece mi carrera como artista ya madurita y en Nueva York, así que poder colaborar con Galeria Kreisler, de larga historia ya consolidada, y poder presentar mi obra en mi tierra, son palabras mayores.

Quién me iba a decir a mí que iba a dejar la profesión para la que tanto me preparé y a la que tanto amaba, e iba a venir a Nueva York donde descubriría que uno tiene muchas facetas, muchas habilidades y cualidades que aun no había tenido oportunidad de descubrir.

Por poneros en antecedentes, nací en Madrid hace 45 años, estudié Psicología Industrial y un MBA en el Instituto de Empresa. Ejercí como Gerente de Desarrollo de Recursos Humanos durante muchos años en Antena 3 Televisión, trabajo que disfrutaba en plenitud y al que dedicaba todo. Pero en 2006, un cambio de trabajo de mi marido nos trajo a Nueva York, donde vivimos desde ese momento.

Siempre he sido una mujer muy entregada y con clara vocación de trabajo. Necesito tener un proyecto entre manos para dar lo mejor de mí. El tener que dejar mi carrera me supuso una crisis muy seria y me costó un enorme esfuerzo encontrar mi nueva identidad y un proyecto con el que sentirme feliz en mi terreno profesional. Sabía que no era el momento de ponerme a buscar otro trabajo en NY, porque mis hijos necesitaban toda mi atención y no me apetecía llenar mi tiempo con actividades que no me aportaran esa sensación de desarrollo personal.

De manera casi accidental, comencé en 2007 a tomar clases nocturnas en National Academy School of Fine Arts en Manhattan y en el 2009 empecé a cursar el Diploma en Bellas Artes que termine en el 2012.

En este periodo, la vida me ha dado una gran lección: «confía siempre en ti, busca en tu interior, no cierres puertas a nada, porque nunca llegamos a conocernos lo suficiente y nunca llegamos a saber lo que somos capaces de hacer». Yo jamás me había sentido especialmente atraída por el arte, mis intereses personales y profesionales me habían llevado a prepararme en la rama de humanidades y trabajar en empresa y, más tarde desempeñar un puesto de dirección. Ni siquiera sabia si era capaz de crear, nunca me había puesto a ello, y la feliz sorpresa ha sido descubrir esta habilidad que ahora es mi nueva profesión y mi motor!

Cada serie que he creado va guiada por un proceso interno de búsqueda y análisis, de observación y reflexión. Mi obra nace de un paso nuevo en mi vida, de una crisis, de una búsqueda personal y existencial, de dar oportunidad a algo nuevo, de volver a empezar de cero… una nueva ventana se abrió y decidí explorarla, jamás pensé que podría llevarme tan lejos. El trabajo que he creado durante estos años ha sido el resultado de un proceso de transformación personal, de dedicación y perseverancia, y esto es lo que me ha llevado a disfrutar de la vida en plenitud. Al final uno se ahoga o aprende a surfear!!

A través de mis obras hablo de segundas oportunidades y eso me ha llevado a crear piezas con filtros de café, los he transformado en formas orgánicas que hablan de vida. Cuadros que, a través de sus colores y composición traen esa paz, balance y serenidad que un día perdí. Otros que me recuerdan que la felicidad en la vida no viene como un gran regalo empaquetado que abres y te hace sentir plenamente feliz con el chasquido de los dedos. En estos años vividos, por fin me he dado cuenta de que la felicidad viene de mano de las pequeñas cosas, a veces tan minúsculas que debemos ponernos unas gafas especiales para identificarlas, sentirlas y ser capaces de llenarnos de esa sensación de plenitud, sensación que es efímera y que se escurre como el agua de entre los dedos, pero que cada día nuevo nos trae momentos que nos vuelven a generar esa sensación, solo debemos estar atentos porque, como decía mi abuela, «haberlos halos». En mis piezas busco elegancia, serenidad, alegría y reflexión interior.

Esther Rosa

Trabajo de 9am a 4 pm de Lunes a Viernes en mi estudio. Tengo mucha rutina y, en ese sentido, soy una máquina. Ahora, no puedo inspirarme si no me conecto a mi música preferida y a mi lado una botella de agua bien llena. Pongo mi música y me dejo llevar y, poco a poco, se desarrolla esa conversación entre mi interior y lo que estoy creando: el proceso creativo es fascinante!!

Durante estos años he tenido tres Solo Shows, exhibiciones individuales, y varias exhibiciones grupales y muchos de mis trabajos se encuentran en colecciones privadas de NY, Madrid, Los Angeles y Miami. También se pueden ver varias obras en la sede del IESE en NY.

Si hace 9 años me hubieran dicho que mi profesión iba a ser ésta y que estaría ahora exponiendo en Nueva York, me hubiera tronchado de la risa!!!! Lo que sí esta claro es que, con disciplina y trabajo constante, uno es capaz de hacer lo que se proponga.

Esther Rosa

Tamara Kreisler
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