Este verano, he participado por segunda vez en el Certamen Rafael Botí de pintura en vivo, celebrado en la localidad de Torrelodones, Madrid. Ya me presenté el año pasado y fue una experiencia maravillosa.

Son ya 16 años los que se lleva celebrando el Premio Botí de pintura en vivo de Torrelodones, el segundo más importante de España en su modalidad.

Cada artista busca su rincón de inspiración. Las obras reflejan algo de Torrelodones, en técnica realista o abstracta.

El jurado decide al final del día y selecciona las obras que van a ser expuestas y, de entre ellas, las 6 premiadas. El año pasado quedé entre los 23 seleccionados para la exhibición, muy feliz del resultado. Este año, quise presentarme de nuevo con la intención de conseguir un premio. ¿Por qué no? … seguro que podría hacer algo inspirado en la localidad y que llamara la atención del jurado.

Los retos personales son los que te ponen en movimiento; siempre hay que intentarlo y es importante poner el objetivo en disfrutar del proceso, independientemente del resultado.

Con esa idea en mi cabeza, dediqué más tiempo a lo que quería crear y pensé en utilizar técnicas diferentes en la misma obra. Trabajé sobre una tabla con acrílico, transferencia y acabado con cera de abeja.

Mi trabajo fue premiado con un reconocimiento honorífico y seleccionado entre las 6 obras más relevantes.

La exposición de las obras seleccionadas y premiadas ya están montadas y estarán expuestas hasta el 12 de septiembre en las salas Rafael Botí y Villaseñor de la Casa de Cultura de Torrelodones.

Tamara Kreisler
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