Sólo hacen falta lápiz, papel y la creatividad de un artista para hacer un dibujo. Esta disciplina representa la plasmación de la idea original del artista, y supone la materialización plástica de su concepto artístico. Desde Goya hasta Picasso, son muchos los artistas que tienen una colección de dibujos que es fundamental para entender su obra. En la actualidad, los dibujos originales han resurgido en la escena artística como una interesante alternativa a la exposición y venta de otros tipos de obras.

El dibujo contemporáneo, rescatado del olvido

Si bien en España no se ha dado tradicionalmente mucha importancia al dibujo con respecto a otras artes plásticas, en los últimos años ha proliferado la inclusión de dibujos originales de artistas contemporáneos en ferias de arte.

Haciéndose eco de esta corriente, en 2016 nació la primera feria de arte dedicada íntegramente al dibujo. Este pasado mes de febrero tuvo lugar la segunda Drawing Room Madrid, centrada sólo en esta disciplina en todas sus vertientes. Abstracto, tridimensional o figurativo, en sus paredes se exhibieron en esta última edición dibujos de una treintena de artistas representados por 20 galerías internacionales.

El dibujo como base de otras disciplinas artísticas

Desde las disciplinas que son tan antiguas como el ser humano hasta las nuevas formas de expresión artística, el dibujo original es la clave. Hay casos como la arquitectura o el diseño de moda en los que el dibujo sirve de boceto bidimensional de lo que más adelante se convertirá en algo tridimensional, tangible. En otras artes como el diseño gráfico, el dibujo es la base, la formación de la idea, que será posteriormente digitalizada, vectorizada y codificada.

Todas estas artes tan distintas tienen algo en común: ninguna de ellas sería posible sin el dibujo.

La relación entre el dibujo y la literatura

Y además de ser la base de algunas artes, el dibujo ha complementado históricamente otras, construyendo una estrecha relación, como la literatura. Cuando leemos imaginamos el universo del autor en base a nuestra percepción y conocimiento, pero quienes dieron vida a esos personajes también tuvieron en el origen de sus libros imágenes en su cabeza.

Hay obras como El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, que serían imposibles de entender sin los dibujos originales del autor. Más recientemente tuvieron un gran eco los dibujos de J.K. Rowling, creadora de la saga de Harry Potter, que definieron cómo la autora imaginaba a los personajes de su universo de fantasía. Mientras la palabra evoca y da alas a la imaginación, el dibujo define por sí solo, concretiza.

Dibujar es inherente al ser humano e innato. Los bebés de apenas un año se expresan a través de él. Es un arte no aprendido que posteriormente dará paso a algo tan importante como la escritura. Si extrapolamos esto al mundo del arte, los dibujos originales muestran una faceta del artista que conecta directamente con su yo más primario, más visceral. Entre la mente del artista y su obra se interponen sólo papel, grafito y tinta.

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Jorge Sanchez

Tamara Kreisler
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